Hace años leí DIENTES BLANCOS, que fue su primer libro. Desde entonces Zadie Smith ha seguido escribiendo libros, algunos con cierto éxito pero siempre se da la circunstancia que DIENTES BLANCOS sigue siendo el mejor de su trayectoria literaria.
Sobre este libro que acabo de leer, pues fue el regalo de aniversario de mi hija, cuando vi el nombre de la autora me alegré. Ahora no estoy tan contento.
Admito que estoy en una incertidumbre. Se supone que uno lee un libro para disfrutarlo. No ha lugar, no lo he disfrutado.
Esto no significa que sea un mal trabajo. Tengo la impresión que la pluma de Zadie Smith es la más potente del mundo, pues desde el principio hasta el final el libro es una cascada de situaciones nuevas y continuamente. Eliza y Touchet dominan el mundo en que ellas participan desde el principio hasta el final.
En la penúltima página leemos "En medio de ese soliloquio Eliza recordó que el manuscrito de La impostura estaba arriba, encima de su tocador, a la vista, liberado de su escondite habitual: una pila de papel secante...
¿De quién iba a ser la casa ahora? ¿Quién heredaría los libros, este escritorio, estas plumas? ¿Quién se sentaría a escribir en este estudio? Retiro el brazo que le cubría los ojos y se horrorizó al verlos muy abiertos. "¡Mi William!" Con la frente petrificada en un gesto afectuoso e intrigado, parecía mirar fijamente a aquella mujer llorosa inclinada a su lado, como si la estudiase para describir a un personaje:
"La señora Touchet era, al fin y al cabo, un misterio insondable."
FIN
No hay duda que la pluma de Zadie Smith tiene una capacidad infinita de ir creando nuevas situaciones, nuevos personajes; unos aparecen a lo largo de toda la historia y otros desaparecen. Tengo el convencimiento que Zadie Smith podría seguir escribiendo y prolongado esta historia y crear la novela infinita.
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