En la introducción Carlos Galvar dice: "La figura de Galván aparece ya en plena madurez y, por lo tanto, no exige este proceso de formación o de catarsis. Considerado así, El Cuento del Grial es algo más que la simple yuxtaposición de aventuras; como suele ocurrir en los textos de carácter didáctico o moralizante, se pueden ir distinguiendo distintos niveles de interpretacón o de significación... Galván es el héroe perfecto del universo cortés: es valiente, decidido, buen vasallo, bien educado, galante...En definitiva, reúne todas las virtudes que se pueden relacionar con la cortesía... no se le halla falta alguna; es perfecto, demasiado perfecto... Perceval: su ignorancia inicial ha sido superada gracias a las enseñanzas y a la experiencia, de tal forma queha llegado a convertirse en el mejor de los caballeros; pero suitinerario no se queda ahí... en la vida de Perceval se peroduce un hecho significativo, la visita al ermitaño el Viernes Santo, que transforma al mejor de los caballeros en un caballero de Cristo... La idea de un grial productor o portador de alimentos, situado en el centro de un ritual espléndido como el que ve Perceval, pudo tomarla Chretien de algún antiguo mito relacionado con cuernos de la abundancia o cornucopias... El Santo Grial es símbolo de la presencia real de Cristo entre los hombres.
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- Señor, ¿por qué no cogisteis la cabeza de Aguignerón y no lo tragisteis aquí?
El responde:
- Señores, por mi fe, no habría hecho bien, creo, si yo no hubiera sido garante, pues él ha matados vuestros parientes, y lo habríais matado a mi pesar. Habría hecho mal si al vencerlo no hubiera tenido compasión de él. ¿Sabéis cuál ha sido mi merced? Irá como prisionero al rey Arturo, si mantiene la promesa.
En esto llega la doncella con gran alegría por él y lo lleva a sus habitaciones para que descanse y esté a gusto. De abrazos y besos no hizo ningún reparo; en vez de beber y comer, juegan, se besan, se abrazan y hablan de buen talante.
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Entonces llegaron otros criados con candelabros de oro puro en la mano, trabajado con nieles. Loa criados que llevaban los candelabros eran muy bellos. En cada candelabro ardíamn al menos diez velas; una doncella que venía con los criados, bella, agradable y bien ataviada, sujetaba un grial entre las dos manos. Cuando entró allí con el grial que llevaba sobrevino tan gran claridad que todas las velas perdieron su luz como las estrellas y la luna cuando sale el sol. Debrás de ella venía otra que llevaba un plato de plata. El grial, que iba delante, era de fino oro puro; tenía piedras preciosas de muchas clases, de las más ricas, de las más caras que hay en el mar y en la tierra: a todas las demás piedras superaban las del grial, sin duda. Igual que la lanza, pasaron por delante de él y fueron de una habitación a otra. El muchacho los vio pasar my no se atrevió a preguntar a quien servían con el grial, pues él siempre recordaba el en corazón las palabras del noble sabio.
Pág. 135
Él, que no sabía su nombre, lo adivina y dice que se llama Perceval el Galés, y no sabe si dice la verdad o no, y dice la verdad sin saberlo.
Pág. 149
Perceval empieza a aguijar hacia donde ha visto el vuelo. El ganso estaba herido en el cuello, y derramó tres gotas de sangre que se extendieron sobre el blanco, y parecia color natural... y Perceval vio hollada la nieve que había estado bajo el ganso, y la sangre que aún se notaba. Se apoyó en la lanza para contemplar aquella visión, pues la sangre y la nieve juntas le recuerdan el fresco color que hay en el rostro de su amiga y piensa tanto que se queda ensimismado. A su parecer, tal estaba el rojo sobre el blanco. Mientras lo contemplaba, le pareció, tanto le agradaba, que estuviera viendo el fresco color del rojo de su bella amiga. Sobre las gotas Perceval pasa toda la mañana y emplea tanto rato que de las tiendas salieron escuderos... Pág. 154 el que quería sacarme de él no iba buscando mi provecho, pues delante de mí en este lugar había tres gotas de sangre que coloreaban el blanco. Al contemplarlas me parecía estar viendo el freco color del rostro de mi amiga la bella, y no quería separar de allí mis ojos. -Ciertamente -responde mi señor Galván-, ése no era un pensamiento villano, era cortés y dulce y fue loco y estúpido quien vuestro corazón apartó de él.
Pág. 159
- Ay, Perceval, Fortuna es calva por atrás y por delante peluda, maldito sea quien te salude y te quiera algún bien, pues no retuviste a la Fortuna cuando la encontraste. Fuiste a casa del Rey Pescador y viste la lanza que sangra, y te costó entonces tanto esfuerzo abrir la boca y hablar, que no pudiste preguntar por qué la gota de sangre en la punta del blanco hierro; y del grial que viste no preguntaste ni pediste noticias de qué rico hombre se servía con él. Es muy desdichado quien ve tan buena ocasión que le conviene y espera una mejor. Ése eres tú, el desdichado que viste era el momento y el lugar de hablar y te callaste.
Pág. 191 (Perceval y el Ermitaño)
Perceval, eso cuenta la historia, había perdido la memoria de tal forma que no se acordaba ya de Dios. Cinco veces pasaron abril y mayo, que son cinco años enteros, sin que adorara en iglesia o en monasterio a Dios ni a la Cruz. Así permaneció los cinco años y no por eso dejó de buscar hechos de armas; iba cuscando las aventuras extrañas, las crueles y las difíciles, y las encontraba de forma que se portó muy bien y nunca emprendió cosa tan dura que no la llevara a cabo con bien. Y durante cinco años envió prisioneros a la corte del rey Arturo cincuenta caballeros con renombre.
Pág. 195
-Señor, en casa del Rey Pescador estuve una vez y vi la lanza cuya punta sangra sin duda, y con el grial que vi allí, no sé a quien se sirve, y desde entonces lo he sentido tanto que me hubiera gustado estar muerto, y me olvidé de Nuestro Señor Dios que luego no le clamé piedad ni hice nada, que yo sepa, por lo que debiera merced.
Pág. 196 El Rico Rey Pescador y Perceval
Mi hermana, y suya, fue tu madre, y el Rico Rey Pescador creo que es hijo de aquel que se hace servir con el grial. Y no creáis que tiene lucios, lampreas o salmones: con un sola hostia, lo sabemos, que le llevan en ese grial, mantiene su vida y la reconforta, tan santa cosa es el grial; y es algo tan espiritual que va en él. Quince años ha estado ya así, sin salir de la habitación en la que viste entrar el grial. Ahora quiero imponerte y darte penitencia por este pecado.
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